domingo, 21 de octubre de 2012

Creer


Creer… En que creemos… En quien o que confiamos… No vamos a hablar de filosofía, esto es basket!!! Pero es bueno saber en que debe creer el jugador de Club,  el que muere por sus colores, el prototipo de jugador@ de Selaya…
Creo en mi equipo.
Creo que son mejores porque yo trato de hacerlos mejores. Creo que mi pase malo intentará mejorarlo el receptor para hacer un buen tiro. Creo en que mis grandes se dejarán la piel en el rebote para que yo pueda tener la pelota y creo que mis pequeñas intentarán cruzar la pista a máxima velocidad para que el contra-ataque funcione… Creo en  mi equipo.  Hablando de basket, mataría por ellas. Hablando de básket, moriría por ellas. Y punto. (No es un mal lema para el club, ¿verdad? A ver si la directiva nos lo pone en el Poli…)
Creo en mi entrenador.
El Mister es duro, gruñón, pijotero, taladrante, gritón, injusto muchas veces, mal encarado otras tantas…  Me llama moma, me llama bland@, me pone por las nubes, me dice que ese tiro es una mierda, que el siguiente (que es igual!!!) está bien tirado… Pero es el que más quiere que gane, que GANEMOS con mayúsculas. A veces no me pone, a veces me da 39,5 minutos. El es asi, con sus muchos defectos… como los mios. Creo en mi entrenador.
Creo en mi familia, en mis amigos.
Creo en ellos porque me van a ver y no piensan en que yo puedo jugar mucho y destacar o bien solo jugar unos segundos… o no jugar. A ellos les da igual, para ellos sigo siendo su pequeño Jordan, Gasol, Navarro, Calderón, Rudy… juegue o no. Tantos coches, tantas horas esperando final de entrenamiento, tantas palabras de ánimo cuando el viento sopla en contra… Creo en mis allegados.
Y creo en mi club.
Creo en la gente a mi alrededor, que no le importa que yo lleve jugando 10 años o sea el primero que vista de rojo y blanco. Que se preocupa cuando no hay dinero por falta de patrocinadores, que no hay coches para ir a tal o cual partido, que si el equipaje de esa categoría está viejo, que si los balones no están bien hinchados…. Creo en ellos y les debo algo…
Les debo mi esfuerzo, mi dedicación. Les debo mis ganas. Les debo mi sonrisa al acabar el partido, gane o pierda. Y por encima de cualquier cosa les debo… Orgullo. Salir de un pabellón, da igual el resultado, y ver a tu gente orgullosa de estar, de ser, de animar los colores que llevas en la camiseta. Merece la pena, ¿verdad?.
Este año podría ser un gran año…
Este año puede ser un gran año…
Este año va a ser un gran año…
VAMOS SELAYA!!!!

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