Ese maldito balon perdido. Ese tiene la culpa de todo.
No te importó mucho entonces, cuando viste que se escapaba por la banda, aunque podías llegar a él. Otros vendrán, pensaste.... pero no llegaron.
Lo cierto es que perdiste por poco. Ese balón te hubiera dado quizá un tiro mas, un ataque más, una oportunidad más para llevarte, sobre la bocina, el partido. Pero lo dejaste ir.
Y entonces no te importó. Pero ahora la derrota si que te importa.
Nunca sabes que balón sirve para ganar un partido. Lucha por todos y hazlo contagioso para tus compañeros/as. Entonces, si pierdes, no habrá balón que lamentar. Sólo habrá compañeros a tu alrededor a los que mirar a la cara y decir "Eh!!! Arriba esa cara!!! Estuvo bien, nos ganaron y punto, habrá que trabajar más para ganar la próxima vez!!!". Y te sentirás bien.
Si no es así, marcharás a casa cabizbajo mientras en tu cabeza seguirá sonando el bote del balón que dejaste ir. Y seguirás engañándote pensando que la culpa de todo la tiene él, ese maldito balón perdido....
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