Nos tienen que ganar....

Nos tienen que ganar....
Bajas la cabeza. Una inquietud insoportable recorre tu interior. Pierdes de 15 y empieza el ultimo cuarto. Estas en el banquillo y sufres en tus carnes el dolor de la derrota.
Pero el club para el que juegas no es como los demás, no.... No es normal... No. No es lo que todo el mundo espera... Juegas para Selaya.
Eso no es normal.
Eso es distinto.
Empieza el ultimo cuarto y crees que se podrá, que no hay frontera infranqueable, ni distancia recortable....
Crees en la fe de tu camiseta, la que te enseñaron a querer las mayores, la que van antes de ti... Sabes que eres batible pero que venderás cara tu derrota... si se produce. Hoy juegas en Selaya y sientes en tu espalda el peso del legado de tu club, sientes la necesidad de estar a la altura de los que te precedieron... Y eso pesa mucho!!!
Tus compañeras encadenan 2 buenas acciones. Son 10 abajo y tu entrenador pide cambio y te pone en la pista.
Recibes, te la juegas, la metes, 8 abajo...
Ya no hay tiempo para pensar... Defiendes, aprietas los dientes, tu compañera roba... Dejas bandeja... 6 abajo...
-4....
-2...
El rumor en el poli crece. Lo han visto cientos.... miles de veces.... Selaya puede...
Robas y te plantas en la linea de 3. Te la juegas y la clavas. El poli ruge y grita tu nombre. Ahora no te cambias por nadie.
Selaya va 1 arriba...
Tu...... mi rival....
Creiste que iba a ser facil... pero nos tienes que ganar...
Nos tienes que ganar..
Te aplaudiremos si eres mejor....
Pero nos tienes que ganar.

Vamos Selaya!!!!